El aval hipotecario es una herramienta que las entidades financieras utilizan como garantía para la concesión de determinados préstamos. En el artículo de hoy, profundizamos sobre este concepto y te contamos qué implica contratar un préstamo con aval hipotecario.
¿Qué es un aval hipotecario?
Un aval hipotecario es un contrato por el que una persona física o jurídica garantiza o asegura el pago de una deuda. Por tanto, se trata de una persona que responde en caso de que no se puedan hacer frente a las cuotas de un préstamo. Esta posibilidad es una excelente alternativa ya que, en algunos casos, puede ayudar a conseguir un préstamo, cuando con la banca tradicional no es posible. Al plantearse la opción del avalista, no hay que olvidar que éste tiene la obligación de responder con el bien vinculado al préstamo hipotecario. Por ello, es importante valorar detenidamente las consecuencias que puede acarrear ser avalista antes de tomar una decisión al respecto.
En cualquier caso, para ser avalista, uno de los requisitos indispensables es ser mayor de edad y, como es evidente, disponer de un patrimonio suficiente que sirva como garantía. Se entiende como suficiente que el préstamo no supere el 50% del valor de la tasación del inmueble (LTV) y que se disponga de solvencia económica.
Si bien el aval funciona como garantía de llevar a cabo el pago, la entidad financiera puede solicitar también una garantía hipotecaria. Esta consiste en el uso del propio patrimonio como garantía de pago. Es decir, si el titular del préstamo no puede hacer frente al pago de las cuotas, los bienes a su nombre responderán ante la entidad.
Préstamos con aval hipotecario
Un préstamo con aval funciona igual que cualquier otro tipo de préstamo, con la diferencia que el titular aporta una garantía extra. Esto es lo que le permite acceder al préstamo incluso en caso de que la situación financiera o la capacidad económica no sean garantía suficiente para acceder a un determinado tipo de financiación.
Habitualmente, los préstamos con aval hipotecario suelen confundirse con los préstamos hipotecarios y es importante destacar que son dos productos financieros distintos. Mientras que este último se utiliza para la compra de una vivienda, el préstamo con aval hipotecario puede utilizarse para cualquier otra finalidad. En ambos casos, un inmueble que actúa como aval y aporta la garantía de pago.
Los préstamos con aval hipotecario pueden ser una excelente alternativa, tanto para particulares como para empresas, especialmente cuando los bancos deniegan la financiación o se está en ficheros de morosidad como ASNEF. Tanto si se recurre a él con el objetivo de hacer frente a una deuda imprevista, como si se necesita capital extra para superar una situación financiera difícil, el préstamo con aval hipotecario puede ser una excelente alternativa.
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Para más información sobre el aval o la garantía hipotecaria, no dudes en consultar nuestro anterior artículo sobre los préstamos con garantía hipotecaria. Y si tienes alguna duda o consulta, puedes contactar con nosotros sin compromiso.